Xènia hace años que siente que nadar en el mar es una meditación en movimiento: desde que conoció a las "13 Abuelas" indígenas y escucharlas hablar del espíritu del agua algo intuitivo del vínculo con el mar se le desveló más intensamente. Nadar es para ella una meditación en movimiento, una comunión con el sagrado Mar. Su deseo profundo es poder compartir y transmitir estos principios que vienen del vínculo respetuoso con la energía del agua como fuente de vida. Nadar conscientemente nos permite sentir la mar como una Gran Madre o un inmenso Templo Azul, donde reencontrarse fuerza, calma y alegría. Cada brazada es una oportunidad para abrazar el presente, la ola, el misterio. Xènia nos invita a formar parte de la comunidad "Spiritual Swimmers". Podemos leer sus principios y si nos suenan, podemos participar en esta comunidad donde nos seguiremos inspirándonos unos a otros. Para la actividad, simplemente te sientas capaz de estar un mínimo de 5-10 minutos nadando a un ritmo tranquilo. Nadar conscientemente es una experiencia que puede desvelar nuevas sensaciones a un nadador experimentado como una persona que acaba de empezar. Poco a poco el mar te llevará y ya no sentirás que tienes que hacer ningún esfuerzo, fluirás con su danza y podrás nadar lo que yo llamo ... afuera del tiempo. Para prepararnos iniciaremos el día con la ancestral práctica del Qi Gong, para sentir como los brazos y la energía del corazón forman una unidad. ¿Nadamos juntos?